Esta
foto fue tomada desde el interior de un coche en movimiento, un
día de lluvia, al anochecer.
Se
utilizó la máxima apertura del diafragma,
con objeto de compensar la escasa luz existente y poder disparar
a una velocidad relativamente alta.
A pesar de las malas condiciones de iluminación, la velocidad
fue lo suficientemente alta como para congelar el palacete (situado
al fondo de la imagen), pero no fue lo suficiente para congelar
el árbol y el banco (más próximos a la cámara
que el palacete).
No hubo ningún problema para congelar el espejo retrovisor,
pues se "movía" a la misma velocidad que la cámara.
Esta
fotografía se tomó a través de la ventanilla
lateral, pero cuando se toman fotos desde el interior de un vehículo
en movimiento, lo aconsejable es hacerlo a través del parabrisas
delantero (de ese modo es más sencillo detener el movimiento).
Recordar lo dicho en el tema El
Movimiento: