Sonrisa y naturalidad:
Al fotografiar un
niño, nunca debemos imponer nuestros gustos ni nuestra voluntad:
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- No pida al niño que sonría,
espere un poco, dígale cualquier cosa y ya verá como aparece
la sonrisa tan deseada.
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- El secreto para conseguir fotos
naturales de los niños es mantenerlos entretenidos. Cuando están
absortos en algo, se olvidan de la cámara y sus expresiones
son totalmente espontáneas.
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Bajar hasta
la altura del niño:
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Iluminación:
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En fotos de interior,
si es posible, atraer al niño cerca de una ventana para poder
trabajar sin flash (pero recuerde que nunca debe emplear
la ventana de fondo, evite el contraluz).
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- En exteriores nunca ponga a un niño de cara
al sol, si no quiere que salga con el ceño fruncido y los
ojos medio cerrados, mejor que el sol esté a su derecha o a
su izquierda (aunque tenga que utilizar el flash para suavizar
las sombras del rostro).
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Niños en movimiento:
- Fotografíe a los niños subiendo
por los toboganes y deslizándose por ellos.
- Escoja un día luminoso para
que la cámara dispare con una velocidad de obturación alta.
- Si su cámara no permite más
de 1/125 de segundo: tome la foto de frente a la dirección del
movimiento (póngase delante del tobogán).
En el caso de
un niño columpiándose, dispare justo en el instante en que el
columpio llega a su punto culminante.
- Algunas veces una ligera
borrosidad de las manos o los pies, no estropea la fotografía,
al contrario: acentúa la sensación de movimiento.
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